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Seguramente Recoba estará el miércoles en el campo
del Estadio Centenario

No es lo mismo
por Jorge Calvette

Claro que no podemos afirmarlo tajantemente, ni mucho menos, porque hablamos de hombres experimentados, hechos, fogueados, jugadores que ya pasaron por un mundial muchos de ellos, que ya saben lo que es jugar de visitantes en el Centenario y ganar.. pero no es lo mismo.-

No es lo mismo jugar contra el joven y aún inmaduro en muchos casos equipo celeste sin su mejor exponente que hacerlo contra Uruguay y Recoba. Por supuesto, alguno de los que lee estas líneas dirá, "pero si Recoba jugo varios partidos y no hizo ni un gol". Es cierto. Pero aún así no nos desdecimos y seguimos pensando que no es lo mismo para cualquier equipo tener enfrente a un equipo sin grandes figuras (aunque todos sean buenos jugadores, y en algunos casos excelentes), que enfrentar a un equipo que cuente entre sus filas a un hombre capaz de repentizar, de hacer lo que generalmente no hacen los demás, de hacer la jugada impensada y por si fuera poco, pegarle al balón como pocos en el mundo hoy lo hacen. Por supuesto que nadie es dueño de la verdad, pero consideramos que el "Chino" es el único jugador uruguayo de la actualidad que podría considerarse como un sucesor de otros grandes del pasado, algunos que no vimos pero nos contaron que eran extraordinarios, y otros que siendo extraordinarios sí vimos, como Francescoli, el "pato" Aguilera o Rúben Sosa, por nombrar alguno. Cuando anoche en la conferencia de prensa ofrecida en la Posta del Lago el Dr.Voituret anunciaba que Recoba había tenido una recuperación excelente, no solo quienes allí estábamos no pudimos ocultar la alegría sino que además, creo yo, todos quedamos con la convicción de que Recoba estará en el Centenario el miércoles.-

Eso por lo menos fue la impresión de lo dicho por Voituret (ver nota aparte) y también dicho entrelineas reiteradamente por Víctor Púa

¿De Paraguay?

¿Y que podemos decir de Chilavert, de Gamarra o de Acuña?

Solo pensar que integran la plana mayor de la que hoy es la octava selección del Mundo (según la FIFA,claro, y muy pronto vamos a escribir acerca de este mamarracho de la clasificación de las Selecciones), que integran y son figuras de la que para nosotros, y para muchos mas seguramente, es una excelente selección, una de las tres mejores de América y como visitantes la mejor, solo hablar de esos hechos o recordarlos, les da crédito suficiente para creer que Uruguay enfrenta a un enemigo temible. No invencible, no se confunda, en el fútbol de hoy prácticamente no hay invencibles, pero sí a una gran Selección, insistimos y no nos cansamos de hacerlo, a la mejor Selección de América jugando como visitantes. Ya es bastante.

Para este fútbol mediocre de nuestro país, aún enriquecido por los jugadores que vienen desde el exterior, en realidad la mayoría, cualquier rival se vuelve difícil, cualquier equipo medianamente ordenado en defensa, bien agrupado, con sólidos centrales y laterales y que maneje bien los tiempos, es ya un rival difícil. Paraguay reúne muchos o la mayoría de esos atributos y otros mas que lo hacen aún un enemigo mas peligroso: un contragolpe mortífero. Para esta última arma les falta en éste partido uno de sus puntales, Roque Santacrúz, pero aún así, no me confiaría. Recuerdo varios partidos Uruguay - Paraguay donde los celestes dominaron a lo largo y ancho de la cancha, aquí en el Centenario y afuera, y terminaron ganando los guaraníes con esos contragolpes traicioneros que tan bien saben hilvanar los hombres de Markarian. No pretendemos hacer la apología de Paraguay y sus jugadores, una canto a sus virtudes, como si los nuestros fueran muñecos, pero hay que saber respetar a los rivales. Hablamos de jugadores cuyo promedio de edad andan pisando los 30 años, contra un equipo joven con un promedio de apenas 23 y fracción que Uruguay pone en la cancha. Si bien con la cédula no se juega como por ahí se dice, no menos importante que el talento y las ganas es la experiencia.

Si dominamos la ansiedad, la necesidad de ganar y matamos de una vez ese maldito fantasma que merodea la camiseta celeste en los últimos tiempos y que hace que los buenos jugadores que aún poseemos se vuelvan torpes cuando se la ponen, quizá estemos dando un paso gigantesco aunque no definitivo para seguir aspirando a un lugar en Japón - Corea 2002.-

jcalvette@surmedia.com

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