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Punto de inflexión
por Jorge Calvette

Decir que Uruguay ganó el domingo pasado el partido mas importante del siglo es no hacer justicia con la importancia del evento, ya que este siglo es aún muy joven: Uruguay ganó su partido mas importante desde 1990 a esta parte.

Luego de una década de los 80 con un plantel de jugadores realmente importantes y un principio de los 90 en un mismo nivel, llegó el fin de esa generación a mediados de la década, legándonos al final una última Copa América en el año 95. Como todo lo bueno termina, esa generación de muy buenos futbolistas también terminó, y la transición comenzó en la segunda mitad de la década de los 90 marcada por un auge de las selecciones juveniles, con su punto mas alto en Malasia 97 donde conseguiríamos el vice-campeonato Mundial Sub-20. Esos jóvenes futbolistas de Malasia son la base de la actual Selección Nacional, que veía hasta hace poco muy comprometida su participación en el próximo mundial.

La posibilidad casi perdida hace unos meses de llegar al Mundial de Corea-Japón 2002 luego de la derrota en casa ante Paraguay, se transformó en las últimas fechas gracias a una serie de resultados que han dado vuelta esa situación adversa.

El partido Uruguay - Brasil de la víspera no fue por casualidad seguido en todas partes del Mundo en directo por TV y por radio, no fue por casualidad seguido desde las mismas tribunas por aficionados de varias nacionalidades, donde no solo los dos interesados estaban representados, sino que había, tal vez gracias a la cercanía del Mundial Sub-20 de Argentina, un público multinacional. Ni que hablar de la prensa, desde chinos hasta canadienses, desde europeos hasta ...¡africanos!. Eso marca claramente que el partido domingo no fue un partido mas, fue él partido.

Los continuos sinsabores de jugadores y afición deportiva se vieron éste domingo recompensados con una victoria fundamental que en mi modesta opinión marcan el fin de una época y el comienzo de otra. Desde el pasado domingo, la alicaída moral del equipo y afición uruguaya seguramente sufrió una transformación, recibió una inyección de optimismo, y lo mas importante, la mayoría de los jugadores, casi juveniles aún, se recibieron de mayores.

Esperemos, y estamos seguros de que así será, que esos mismos chicos que ganaron al poderoso Brasil no crean que con esto está todo ganado y que ya pueden descansar en que la clasificación está al alcance de la mano. En cuanto al resto, prensa dirigentes y afición, es difícil saber aún como reaccionará de esta gran inyección anímica, pero en general siempre pasamos delnegro al blanco.

¿Por qué le damos tanta importancia a este partido?

Por múltiples razones, como hemos dicho el rival no era cualquiera, era el omnipotente Brasil, capas de generar temor en cualquier rival pese a su mal momento. Era un partido absolutamente clave en cuanto a las posiciones en juego, ya que con este resultado Uruguay paso a la zona de definición de la Eliminatoria, dejando atrás a Colombia y dándole alcance a Brasil. Todo estadística y sin lugar a dudas importante, pero lo trascendente, lo vital, está en otro terreno. Está en el terreno de lo anímico, en esa importancia de ganarle a Brasil en casa, con un estadio lleno, con millones de espectadores siguiendo el partido por la TV en todo el mundo y en la posibilidad de que todos los uruguayos volvamos a creer en nosotros mismos. Y nos incluimos. Porque para nosotros también fue una sorpresa el resultado. Si bien siempre dejamos una puerta abierta, la verdad es que no creíamos demasiado en una victoria, pero varios factores coadyuvaron en una vuelta de tuerca que será trascendente en el futuro: la vuelta a las fuentes (sólida defensa, y contragolpe), un buen juego de equipo, gran nivel de la mayoría de los jugadores y el reencuentro del fútbol uruguayo con un jugador capaz de por si solo dar vuelta un partido, Recoba.

Como bien dijo Scolari en la conferencia de Prensa, "la diferencia fue Recoba, si no hubiera jugado el partido era empate".

Todos estos factores hablan de la importancia del resultado, de la posibilidad ahora mas creíble de ver el mundial desde adentro y de que cuando se pone todo, pero además se le agrega un toque de categoría y calidad, es posible.

No me cabe ninguna duda, desde el pasado domingo, la celeste se reencontró con su mejor historia.

jcalvette@surmedia.com
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