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Mientras muchos siembran hambre y guerras por el mundo generando la tristeza, en este pequeño paisito de Sudamerica.....

Los celestes le dieron rienda suelta a la alegría
por Jorge Calvette

La imagen del Chengue Morales llorando luego de convertir su primer gol ( segundo de Uruguay) y el árbitro árabe persiguiéndolo para mostrarle la amarilla por sacarse la camiseta es una muestra clara de dos caras del deporte: la pasión tremenda del gigante moreno uruguayo llorando su alegría de poner a los celestes en el Mundial y la frialdad del árabe totalmente ajeno a lo que en estas tierras despierta el deporte mas popular del mundo.

Como Richard Morales, hoy miles de uruguayos derramaron lagrimas de alegría...nosotros también.

Y no sentimos ningún miedo en confesarlo...lloramos. No pudimos resistir.

Cuando "el Chengue" mando el balón al fondo del arco de la Amsterdam por primera vez, y lo que nosotros intuíamos desde hacía días, es decir, que la clasificación llegaría mas tarde o mas temprano ante este rival bastante modesto, no pudimos contenernos. Entre los abrazos con varios señores que nunca habíamos visto antes, pero que al igual que nosotros teníamos que expresar esa enorme alegría contenida durante 11 años de ver a Uruguay en un Mundial nuevamente, pensamos en nuestros hijos, los que nunca vivieron esa instancia. Pensamos en los amigos, con los que tantas veces compartimos las tristezas y con los que hoy quisiéramos compartir esta enorme alegría y a ellos nos abrazamos imaginariamente. Pensamos especialmente en los que están lejos, en Hilian, en Miguel, en tantos y tantos uruguayos que un día tuvieron que emigrar por distintas razones y que hoy, allá a la distancia estarán disfrutando como nadie esta clasificación mundialista. Pensé también en esa enorme masa de uruguayos que hoy por hoy la única oportunidad que tiene de pasar un buen momento y olvidar tantas penurias económicas es este momento que solo el fútbol puede brindarle. Reafirmamos nuestra convicción de que mas allá de que el fútbol es un deporte y solo eso, para nosotros los uruguayos es un deporte que está metido hasta los huesos en la idiosincrasia nacional, forma parte de la identidad de los nacidos en estas tierras.

Por eso la enorme algarabía desatada en todo el territorio nacional cuando el árbitro de Emiratos terminó el partido cerca de las 18:00 no fue otra cosa que la expresión absoluta y total del sentimiento de júbilo que abarca a toda una nación, una nación que no tiene fronteras, que está desperdigada por los mas insólitos rincones del mundo y que lleva arraigada la marca celeste en lo mas profundo de los espíritus.

La alegría, yo diría, esa suerte de locura colectiva que desató el pitazo final es el premio al pueblo uruguayo por su paciencia para saber esperar las buenas, por apoyar en todo momento a la Selección y porque además, no hay otra cosa que despierte una pasión tan grande como la celeste en una cancha.

Los últimos minutos del partido fueron tremendos, pero cuando el gigante negro mandó el balón a las mallas nuevamente en el minuto 90' pareció que el Centenario se partía. Aún ahora, que ya han pasado varias horas del partido me resuenan en la cabeza ese ensordecedor griterío de mas de 60000 personas que por momentos olvidaron sus penas, sus problemas, sus trabajos, sus miserias, sus pobrezas. Todo, para por un momento en sus vidas...darle rienda suelta a la alegría.

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Actuación individual

En un equipo que dio todo, García, Guigou y el "Chengue" la rompieron

Carini: Contuvo dos balones de gol. Tuvo un par de salidas en falso, una muy grosera, pero como siempre, cumplió.

Tais: con dificultades enormes para parar a Kiwell, pero bien cuando se fue al ataque.

Lembo: Cuando arreciaban los australianos buscando el empate y luego el descuento, apareció en toda su dimensión, imponiendo una presencia que solo la dan los que están destinados a grandes cosas.

Montero: Hoy sí, al igual que en Australia, apareció el capitán del equipo, el hombre que queríamos ver y que la celeste necesitaba. Muy bien

Darío Rodríguez: siempre cumple, solidez por arriba y por abajo. No se fue al ataque para evitar los contragolpes de Viduka y Emerton.

Guigou: Como siempre, muy bien. Pone la pausa, piensa y si bien no es el diez clásico porque no tiene la habilidad necesaria, es el único que para la pelota para hacer el cambio de ritmo imprescindible. Muy bien.

García: Un monumento a las ganas, la entrega y el sacrificio. Verdaderamente impasable. Sobresaliente.

Regueiro: Muy buen primer tiempo, por su lado llegaron todas las jugadas de peligro hasta que fue sustituido. Le pegaron todos los de verde que andaban cerca.

Recoba: ¿Y que decir? No apareció en el primer tiempo, en el segundo estaba cansado y para colmo, dolorido en una de sus piernas, pero puso eso que algunos dicen que no tiene. Con dos toques, puso al Chengue de cara a la gloria.

Darío Silva: Pone todo en el campo, es tremendo y no hay defensa que no caiga ante su insistencia. Un elegido para el gol, muy bien.

Magallanes: poco, parece fuera de forma y no acierta en casi nada. Uruguay lo siente. Debió ser sustituido antes.

Morales: el héroe, el elegido para poner a Uruguay en otro Mundial. Jugó 25' e hizo el trabajo de todo un partido. Dicen que es un tronco...es un tronco mundial.

De Los Santos: Entró con el partido en su momento mas caliente y cumplió como siempre.

Sorondo: No tuvo tiempo de jugar.

En los australianos Kiwell se roba los aplausos, es el único con las características de un gran jugador, y además asume ese papel y lo cumple a la perfección. Muy bien.

Los demás son muy discretos y algunos de ellos (Soko, Muscat, Moore) le pegaron a todo lo celeste que pasara cerca, por suerte no alcanzaron el cielo si no ahora estaba lloviendo.




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