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RUMBO A JAPÓN Y COREA
El 2002 está a la vuelta de la esquina

Tras el empate en Viena, a la Selección de Camacho le basta con ganar los encuentros de casa y sacar algo positivo de la débil Liechtenstein para asegurarse el acceso al Mundial. El próximo partido, el 24 de marzo.

Una victoria en Viena hubiese significado para los hombres de Camacho un paso de gigante hacia el Mundial del 2002. El empate, a pesar de ser fruto de un juego más bien flojo, es un valioso resultado que sigue acercando a España al próximo Campeonato del Mundo, el séptimo consecutivo que disputaría tras la última ausencia, que data de Alemania’74.

Si el sorteo de la fase europea de clasificación para el Mundial de Japón y Corea dispuso la suerte de cara para España, el buen inicio de los hombres de Camacho y el benévolo calendario que queda por delante apuntan a que sacar el billete para la cita mundialista del 2002 puede acabar siendo un trámite para la Selección española.

Tras haber esquivado a cualquier rival de entidad en el bombo (Alemania e Inglaterra quedaron aemparejadas y Portugal, Holanda e Irlanda luchan en el grupo más competido), la trabajada victoria por 1-2 en Sarajevo ante Bosnia abrió un camino que se ha tornado todavía más placentero tras el triunfo ante Israel por 2-0 y el empate a un tanto en Viena. España ha jugado ya contra los tres rivales más peligrosos de su grupo, ya que no parece que la débil Liechtenstein pueda ser un adversario capaz de restar ni uno de los seis puntos en juego ante el equipo español.

Precisamente Liechtenstein visitará España el 24 de marzo del 2001 en el partido que reanudará el camino hacia el Mundial. Será el último envite antes de afrontar los dos encuentros que pueden sellar la clasificación de forma matemática, la visita de Bosnia el 2 de junio y el viaje a Israel cuatro días después. Si los números o algún tropiezo impidieran cantar ya victoria, habría que esperar al España-Austria del 1 de septiembre, inmersos ya en la siguiente temporada, para sacar el pasaporte para tierras asiáticas. Y si tampoco fuese posible entonces, el último recurso sería tan tardío como asequible, el Liechtenstein-España del 5 de septiembre del 2001.

Tras la decepción de la pasada Eurocopa, un buen inicio de fase premundialista era el mejor bálsamo para devolver las aguas de la Selección a los cauces de la tranquilidad. Lo peor ha pasado ya y, aunque esté lejos en el tiempo, el Mundial del 2002 aparece a la vuelta de la esquina.

Source: Futvol Al Dia